22 nov 2010

Manuel de Dios, Alvarez y Monteiro

Música y poesía al caer la tarde completan el camino del día. En el Auditorio de San Francisco suenan los compases de la rapsodia para banda Terra de Oestrimnios. Su compositor, Andrés Álvarez, desarrolla el tema en tres movimientos desde la lenta alborada inicial con su balada central alusiva a la morriña de los emigrantes que remató con la muiñeira de romería precedi-da por la percusión, obra que se escuchó sin introducción explicativa. La Banda del Municipio la interpretó con más oficio que pasión más sus notas buscaron acomodo en el ambiente inci-dental.
En las gradas hay expectación ante la inusual rentrée del escultor Toño Monteiro con su obra -primera institucional-, Terras de Oestrimnia, tras su paso por los Centro Comarcales de Galicia desde hace año y medio. Llega a esta bocarribeira de franciscano asiento y lo hace con entrega simbólica de agradecimientos, en generosa acción. Luego, con jamón y vino entre sus obras, un ambiente festivo. La voz escultórica de Toño Monteiro, un novel artista de mediana edad que se expresa desde hace un trienio dándose a conocer en una vorágine de exposiciones, verdadero tour de force de pasión vital, es plural pues quiere acercarnos desde variados materiales a las antiguas tribus de la Gallaecia romana, en las antiguas Terras de Oestrimnia. Caníbal de las formas le denominó Quessada en su impulso y padrinazgo inicial.

DE DIOS
Revivió el espíritu del maestro ourensano de la música y la poesía, Manuel de Dios, en el perfec-to acto que ha gestado su grupo coral Vellos Amigos en el Teatro Principal. Los vídeos con canciones del maestro de fondo, desde Ourense ao lonxe a Ourense no solpor, pasando por A Virxe do Portovello, y Viño novo, y además Canto a Castelao y Non!, éste sobre un poema del mismo título de Antón Tovar, fueron el abanico de sus obras evocadas desde las voces del coro.
Bajo un fino retrato realizado por su hermano Xosé Luis, fallecido asimismo el pasado verano, hermanándose así ambos desde los poemas y música del que fuera Director de la Coral De Ruada durante tantos lustros. Varios de sus poemas desde la voz y el gesto de Marisa Calvo, intercalados, dieron al ambiente el carácter de clase magistral en honor al eximio artista evocado en el homenaje.
La maestría en el tono y en la expresión de Xesús Álvarez, presentador y conductor de la velada poético-musical tuvo que ver con la memorable puesta en escena. Al señalar el grupo que formó con los poetas Tovar, Víctor Campio, Gómez Pato y Abelardo Santórum -este último habría que recuperarlo de su olvido, casi un ostracismo- estamos poniéndolo en contexto con una época y un sentir.
El eco se prolonga con la música de “Un tempo, un río, un cantar” realizado por Vellos Amigos al igual que un selecto libro en el que está la mano de Alexandre Álvarez. Una gran semana de música y poesía, y una escultura hecha con pasión.

REFERENCIA: LA REGION