Rinden homenaje a tres pilotos de extinción que perdieron la vida tras estrellarse en el Xurés y Pena Trevinca.
En un monte comunal de la parroquia de Vilarmeá, en el municipio ourensano de Lobios, luce desde este viernes una composición escultórica que no necesita de mucha explicación. Tres figuras humanas, ancladas a la tierra y armadas de palas y mangueras se afanan en apagar un fuego mientras desde el aire, una avioneta hace una descarga de agua. El escultor ourensano Toño Monteiro ha querido que cualquiera que pase por esa zona del parque natural del Xurés tenga muy claro que su obra es lo que quería ser: un homenaje al esfuerzo colectivo de los que ponen en riesgo su vida para defender el patrimonio natural y, a veces, la pierden. Especialmente por estos últimos se levantó.
El encargo fue de la Asociación Profesional de Axentes Forestais e Medioambientais de Galicia (Aprafoga), que reunió en este espacio —cedido por la comunidad de montes Río Caldo— a cerca de un centenar de personas para rendir tributo precisamente a los que se dejaron el último aliento cumpliendo con la tarea encomendada. Un homenaje que se centró en tres pilotos: el portugués Jorge Manuel Santana Jardím y el salmantino Maximiliano Plaza Bretón, fallecidos en el 2020 en la sierra de Santa Eufemia; y el sevillano Santiago Durán Alzugaray, que perdió la vida en el 2022 en la montaña de Pena Trevinca.
La razón para haber elegido a trabajadores de los medios aéreos para personalizar este reconocimiento la explicaba el agente forestal Manuel Rodríguez: «Coñecemonos moi ben entre bombeiros forestais, os axentes, os motobombistas e os técnicos que facemos os equipos de traballo en terra, pero démonos de conta que tiñamos uns compañeiros aos que apenas coñecíamos, que son esas persoas que sempre andan polo aire. Eles son coma os nosos anxos, e cando hai un problema como un salto de lume, veñen e fan esas descargas que nos dan a vida. E cada vez que o fan están arriscando moito».
A quienes se anuncian con «ese bendito ruido», que hace que los de tierra miren con alivio al cielo, también se refirió el presidente de Aprafoga. Félix Pérez de La Fuente recordó a las víctimas de esos dos accidentes aéreos e hizo votos para que la escultura ayude a reconocer y respetar el trabajo de quienes luchan contra los incendios forestales y a crear conciencia.
Con la voz también quebrada por la emoción, el director xeral de Defensa do Monte, Manuel Rodríguez, quiso unir a los nombres de los tres homenajeados, los de otros trabajadores. «Galicia tiene una deuda de reconocimiento para todos ellos, y nosotros, una deuda de recuerdo. Nadie está muerto del todo mientras alguien le recuerde», dijo antes de nombrar a Higinio Vivas López, Íñigo Zubiaga, Rodrigo Amo González, Julio Martínez Silva, Antonio Díaz Díaz o Tomás Scodeller García. «Honor a quien honor merece», concluyó en medio de un gran aplauso. Al homenaje acudieron también miembros del Instituto da Conservaçao da Natureza e das Florestas de Portugal y Bombeiros Voluntarios de Ponte da Barca acompañados por el presidente de su cámara municipal, Augusto Mariño. «Quero dar o meu agradecemento ás familias. Ninguén pode servir ben se non ten o apoio dos seus familiares», señaló el regidor luso. La alcaldesa de Lobios, Carmen Yáñez, y el subdelegado del gobierno en Ourense, Emilio González Afonso, que completaron la representación institucional, también agradecieron la dedicación, el esfuerzo y el valor de estos trabajadores para defender el medio forestal.
referencia: La Voz de Galicia